Despierto!

Miro a mi alrededor y veo como todo cambia mientras mi manera de ser se mantiene estática en una moralidad y libertad a veces un poco dudable. Percibo el entorno de una manera tan objetiva que muchas veces analizocosas del ser cotidiano que me fascinan y muchas veces ni comparto, pero si lo comprendo. Hay modas que vienen y van y yo aquí sigo de momento fiel a mi antojo, a mi libertad y a mis convicciones. Estamos en una era donde el culto a la perfección del cuerpo tiene un lugar primordial para la sociedad; mientras el culto al cerebro queda en un plano bastante inferior a lo apenas aceptable, donde la mayoría de la sociedad vive bajo ese maravilloso manto de poder opinar de todo sin saber de nada y ni hacer nada para cambiar el todo. 

Tengo bien claro que el día que quiera esculpir mi cuerpo será por qué me de la gana o por un tema de salud pero no por qué esté de moda. Lo de los tatuajes me tiene en la incertidumbre total ya que me gusta verlo en los demás pero el tener que grabar algo en mi piel para toda la vida lo veo algo … absurdo? No sabría decirlo con otras palabras aunque en verdad es algo diferente mi sentimiento  a lo absurdo. 

Creer que mi opinión prevalece ante la opinión de los demás es algo que no entra en mi conciencia cívica ni en la moral; aunque he de reconocer que mis opiniones en cierta gama de moralidad puede llegar a ser algo violenta y quizás desproporcionada aunque para mí no lo sea; simplemente busco dar mi opinión sobre las cosas y creo que mis conclusiones son  igual de respetables que la de los demás aunque no esten de acuerdo con ellas.

La tolerancia es un vil artefacto del futuro en el cual se quiere basar la sociedad del presente que a su vez arrasta el ancla del pensamiento rancio del pasado que casi parece diluirse entre esas personas que dicen que son modernas y evolucionadas en estos tiempos que corren pero que no muy en el fondo sueltan comentarios dignos de una sociedad de los años  cincuenta …

El machismo empedernído y baboso, la misoginia camuflada de de modernos progres que desprenden ese tufillo rancio y desgarbado, adolescentes bastos y vacíos que tratan de mostrar que son de la era tecnológica cuando ya sus vidas han perdido toda lógica. 

Encontrar la sobre-información que nos lleva a la desinformación. ¿Donde ha quedado lo de ver, analizar, comparar, contrastar y volver a analizar las cosas? El darle uso a la razón, a evolucionar de forma empírica y abrazar fuerte a la crítica y tomar entre las manos a la reflexión. 

Creo que hay muchas cosas que son camaleonicas según del lado que se miren, que entre el blanco y el negro hay una cantidad casi incontable de tonos grises y cada uno de esos tonos es único; así como las opiniones, aunque lo esencial a mi entender es encontrar el equilibrio entre todas ellas. 

Me gustaría tantas cosas cambiar … pero hay algo que incondicionalmente no puedo cambiar  y es SER HUMANO!

Deshumanización impávida 

 

  

Todos los días digerimos la guerra con una parsimonia cruel e indiferente. Miles de personas huyen desde su patria por cualquier vía que le sea posible para llegar a Europa. Una Europa que es sorda, ciega y muda con lo que le pasa a esos seres humanos, personas de carne y hueso que se aventuran al mar Mediterráneo con solamente un objetivo: sobrevivir con decencia y no morir en el intento.

Europa sin embargo descansa en su urna de cristal en un sueño imperito al mejor estilo «Bella Durmiente»; mientras la «Maléfica» guerra acaba con todo lo que se encuentra a su paso y que con una maldición que va más allá de sus fronteras;  desidia social, política y humanitaria. Estados de cartónpiedra que solo valen para decorar la vidriera de la economía sin importar ser testigo de muertes de mujeres niños y hombres en la vereda de enfrente, de familias enteras, inocentes, atrapados en un bote sin remos, aventurando a la deriva su suerte.

Solo son unos pocos cientos de miles al año que tratan de llegar a esta «Europa, grande, generosa y llena de oportunidades». Unos cientos de miles que no son nada para gestionarlos entre 27 países, para darles un hogar en el cual no les lluevan metralla y sin embargo simplemente son amontonados en centros de inmigrantes para ser retenidos o deportados; la negación de los derechos humanos, de la libertad, de tener derecho al asilo político y no ser despreciados simplemente por haber nacido en el sitio equivocado o por ser de una religión o color del continente de al lado. 

Suena vacío, sucio, impuro pero es mucho más ofensivo que al mirar cada día en el telediario como sufre la humanidad ver que nuestro corazón se ha vuelto frío, indiferente y contemplativo; tristemente inhumano y atroz pero más  desconcertante es ver como el bombardeo de información a diario lentamente ha inhabilitado nuestros sentimientos de empatía sin apenas darnos cuenta que  somos indiferentes a todo ello y olvidando  que «cuando las barbas de tu vecino se estén prendiendo fuego…. Pone las tuyas a remojo». 

Todos vivimos en este mundo y lo que pasa en este mundo es problema de todos. Cuanto más callamos, mas otorgamos (como verbo intransitivo), cuanto más indiferentes somos, más atroces se vuelven las injusticias y cuanto más les escapamos a los problemas, mas grandes y difíciles de solucionar se presentan. Puedo aceptar vivir en una sociedad impávida pero jamás aceptare a una deshumanizada. 

Europa  tiene que despertar, levantarse de su urna de cristal sin esperar que venga un flamante príncipe y lo arregle todo ya que la cosa no está para cuentos. Las Naciones Unidas bajar de  las nubes y aplicarse al cuento. Y los Políticos ponerse a trabajar de verdad y dejarse de tanto cuento, así como te lo cuento!

Déspotas constitucionales 

  

Después de haber acabado con la dictadura, queda bien claro que aun no se ha superado del todo ya que vivimos en una «democracia» con leyes autoritarias como la Ley Mordaza y un estado que hace oídos sordos a las necesidades de su pueblo. Un estado donde aquellas personas a las que hemos elegido para velar por nuestra seguridad, tanto social como económica no hacen otra cosa que tomar el erario público gastarlo a su antojo mientras nosotros (sus plebeyos) pasamos necesidades y si en algún momento de desconformidad salimos a la calle nos reducen como criminales, nos multan y encarcelan. La verdad que se parece mucho a la cultura de depotismo ilustrado, a dictaduras militares y a monarquias autoritarias del siglo XX. 

Supuestamente España es un estado aconfesional, un estado aconfesional que se gastas 11.000€ en una procesión a la Virgen de Lourdes para guardias civiles con todos los gastos pagos; aunque bien sabemos que estamos en una etapa de austeridad muy significativa y que con ese dinero se hubiesen podido costear la compra de 20 chalecos antibalas, algo que sería más lógico y más necesario y de ejemplo tenemos la muerte de la agente de policía en un atraco a una sucursal bancaria aquí en Galicia y que un chaleco antibalas le podría haber salvado la vida a la agente herida de muerte (a la cual el ministro del interior no se presentó a demostrar su respeto junto a la familia de la difunta). Otra vergüenza que hay que destacar de dicho ministerio es que en el último año se le han concedido medallas de honor de alto rango a ¡¡¡dos Vírgenes de la iglesia católica!!!¿La siguiente a caso será dársela al Espíritu Santo? (Esto es inverosímil)

También hemos visto esta semana como dos chicas después de haber gastado 800€ de una tarjeta de crédito que no era suya están condenadas a tres años y dos meses de prision después de haber devuelto el dinero y pagar cada una la multa de 1.500€; sin embargo después de casi una década de investigaciones y juicios a políticos de este país por  supuesta: prevaricación, fraude, cohecho, malversación de fondos públicos, blanqueo de capitales, asociación ilícita y alguna cosilla mas, aún están por ser encarcelados ya que tienen mucho dinero ( el que nos han robado) y contactos en el gobierno ( sus amiguetes).

Déspotas con piel de demócratas  o lobos con piel de cordero, los llames como los llames no dejan de ser el cáncer del pulmón político que desgasta a todo el organismo al  no hacer otra cosa que ahogar a nuestro cerebro social por la falta de oxígeno socioeconómico y que con una simple pastilla de regulación criminal no se logra hacer nada ya que es necesario una quimioterapia intensiva y arrancar de raíz a todas esas células corruptivas de una buena vez. Así defender una política social más justa, una justicia mas directa y menos influenciable, un estamento  social más libre y un gobierno más empatico y cercano… 

No es mucho pedir aunque reconozco que hay mucho trabajo por hacer  y no yacer en el intento.

Historias de un emigrante 



Siempre creí que todo aquello que me habían enseñado en mi etapa de estudiante serviría para todo y lamentablemente me he dado cuenta que solo vale para algo. En verdad lo que siempre te enseña en un constante borbotón de sensaciones de los más variopintas son el viajar y las relaciones humanas; como en un manantial de sentimientos, pensamientos y reflexiones en las cuales siempre he logrado aprender, experimentar  y evolucionar muchas veces para bien (he de reconocer).  Aun así siempre me queda la duda existencial si soy lo que he vivido o simplemente he reflejado mi esencia en mi modo de vida y en mi modo de tomar decisiones con mas o menos interés del que debía. 

De lo que si estoy seguro es que no soy perfecto ya que la he fastidiado en mas ocaciones de las permitidas o mas bien dicho en mas ocaciones de las que quisiera haberlo hecho pero de algo estoy convencido y es en que me arrepiento de muy pocas cosas ya que tanto mi instinto como mis sentimientos han sido cómplices de dichos estragos, aunque nunca he de reconocer que la cabezonería y el orgullo son unos malos aliados que alguna vez que otra van de la mano haciendo de las suyas al mejor estilo de Chuky y su novia. 

También tengo que reconocer que todo lo que brilla no es oro, que da igual en que parte de este hermoso y extenso planeta te encuentres, que solo cambian las culturas, el idioma, las costumbres pero en esencia las relaciones humanas son las mismas; hay buenas personas y malas personas, gente humilde y gente soberbia, chismosos y discretos, de izquierdas o de derechas, ateos, judíos, cristianos, etc. 

Lo bueno de salir de tu país es que te ayuda a abrirte de mente y tirar abajo mitos y pensamiento que no son del todo cierto o simplemente mal infundados por las creencias sociales que muchas veces estigmatizan al resto de las culturas, razas, nacionalidades y demás adjetivos aunque aún no se con que propósito. Lo que si tengo claro es que he nacido en un país donde nos dicen lo genial que somos con ese interés institucional  irreverente de una sociedad machista, homofoba y gamberra que siempre busca la picaresca criolla para sacar provecho sin importar que se joda al de al lado nuestra  ( que si todavía no lo conocemos mejor que mejor o que se joda). Lo que si es tranquilizador que ahora vivo en un país exactamente igual; digo tranquilizador ya que ello quiere expresar que no es un mal solo de donde nací, es una pauta internacional de los países de habla hispana, al fin y al cabo España es la tierra madre y los hijos copian lo que ven de sus padres. 

Lo que si me entiernece es el saber que la humanidad, la caridad, el altruismo, la lealtad y la decencia también son factores comunes que nos describen como habitantes de este planeta (no iba a ser todo negativo…) aunque el sentimiento de identidad es una frontera indómita creada de la nada, para la nada, ya lo dice el dicho: «divide y reinarás» y a pesar de saberlo seguimos con el mismo juego.

Pero lo que mas me gusta de todo es que a pesar que la gente puede ser de diferentes maneras, nacionalidades,culturas,religiones y demás adjetivos yo siempre me quedo con los paisajes recorridos, con la belleza de la naturaleza,con todos esos recuerdos vividos y con esa ternura, dedicación y amor recibido de todas esas personas en las cuales he tenido a mi lado incondicionalmente. 

Por eso le recomiendo a todas las personas a que viajen para conocer lo bueno y lo malo que nos depara el mundo ya que solo apreciamos y echamos de menos aquello que ya no tenemos.