Miro a mi alrededor y veo como todo cambia mientras mi manera de ser se mantiene estática en una moralidad y libertad a veces un poco dudable. Percibo el entorno de una manera tan objetiva que muchas veces analizocosas del ser cotidiano que me fascinan y muchas veces ni comparto, pero si lo comprendo. Hay modas que vienen y van y yo aquí sigo de momento fiel a mi antojo, a mi libertad y a mis convicciones. Estamos en una era donde el culto a la perfección del cuerpo tiene un lugar primordial para la sociedad; mientras el culto al cerebro queda en un plano bastante inferior a lo apenas aceptable, donde la mayoría de la sociedad vive bajo ese maravilloso manto de poder opinar de todo sin saber de nada y ni hacer nada para cambiar el todo.
Tengo bien claro que el día que quiera esculpir mi cuerpo será por qué me de la gana o por un tema de salud pero no por qué esté de moda. Lo de los tatuajes me tiene en la incertidumbre total ya que me gusta verlo en los demás pero el tener que grabar algo en mi piel para toda la vida lo veo algo … absurdo? No sabría decirlo con otras palabras aunque en verdad es algo diferente mi sentimiento a lo absurdo.
Creer que mi opinión prevalece ante la opinión de los demás es algo que no entra en mi conciencia cívica ni en la moral; aunque he de reconocer que mis opiniones en cierta gama de moralidad puede llegar a ser algo violenta y quizás desproporcionada aunque para mí no lo sea; simplemente busco dar mi opinión sobre las cosas y creo que mis conclusiones son igual de respetables que la de los demás aunque no esten de acuerdo con ellas.
La tolerancia es un vil artefacto del futuro en el cual se quiere basar la sociedad del presente que a su vez arrasta el ancla del pensamiento rancio del pasado que casi parece diluirse entre esas personas que dicen que son modernas y evolucionadas en estos tiempos que corren pero que no muy en el fondo sueltan comentarios dignos de una sociedad de los años cincuenta …
El machismo empedernído y baboso, la misoginia camuflada de de modernos progres que desprenden ese tufillo rancio y desgarbado, adolescentes bastos y vacíos que tratan de mostrar que son de la era tecnológica cuando ya sus vidas han perdido toda lógica.
Encontrar la sobre-información que nos lleva a la desinformación. ¿Donde ha quedado lo de ver, analizar, comparar, contrastar y volver a analizar las cosas? El darle uso a la razón, a evolucionar de forma empírica y abrazar fuerte a la crítica y tomar entre las manos a la reflexión.
Creo que hay muchas cosas que son camaleonicas según del lado que se miren, que entre el blanco y el negro hay una cantidad casi incontable de tonos grises y cada uno de esos tonos es único; así como las opiniones, aunque lo esencial a mi entender es encontrar el equilibrio entre todas ellas.
Me gustaría tantas cosas cambiar … pero hay algo que incondicionalmente no puedo cambiar y es SER HUMANO!